"BORGES
decía que preguntarse si un bello poema o un hermoso cuento servían para algo
era tan estúpido como querer establecer, en términos prácticos, si eran
necesarios o prescindibles el trino de un canario o los arreboles de un crepúsculo.
Seguramente, tenía razón. Pero, el canario no elige trinar, ni dedica su vida a
perfeccionar su canto, y detrás de las suaves tonalidades que adopta el cielo
cuando el sol se pierde en el horizonte, no hay una voluntad ni una destreza
artesanal en acción. Detrás de los poemas y las novelas, sí. Decenas de
millones de personas han excluido la literatura de sus vidas y no son por eso
más desdichadas (acaso lo sean menos) que aquellas que la frecuentan. ¿Qué
dan los libros a los lectores, en premio a su constancia? Mayor
intensidad vital, emociones más profundas, una aprehensión más sensible del
lenguaje, y, acaso, sobre todo, una conciencia más cabal de las miserias e
imperfecciones del mundo real, que siempre resulta pobre, confuso y mezquino,
comparado con los hermosos, magníficos y coherentes mundos que crea la ficción.
Sospecho que, de esta manera tal vez la literatura contribuya, no a hacer más
felices, pero sí menos resignados y más libres a los seres humanos."
¨[Fragmento de una carta de Vargas Llosa a
Kenzaburo Oé]
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Kenzaburo OÉ, escritor japonés, premio Nóbel en literatura |
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