sábado, 28 de enero de 2023

Mientras haya sueños e ilusiones, la vida vale la pena.

Durante este viernes 28 y sábado 29 de octubre del 2022, el actor y narrador peruano egresado de la Escuela de Arte Dramático de Lima, Nerit Olaya Guerrero, presentó el espectáculo teatral “La tregua”, junto a la actriz de la compañía holguinera “Palabras al Viento”, Blanca Pérez, en la sala “Albert Dávalos” del complejo cultural “Eddy Suñol”, como parte del Espacio Iberocuento de la XXVIII Fiesta de la Cultura Iberoamericana  

El trama gira en torno a Martín Santomé, un cincuentón viudo, triste y solitario, próximo a la jubilación, que cuenta su rutinaria vida en forma de un diario personal, en el cual se aprecia una difícil relación con sus tres hijos  ya adultos y una inesperada relación amorosa con su joven subordinada Laura Avellaneda, quien sin proponérselo le enseña una nueva forma de ser feliz, hasta que un trágico acontecimiento convierte ese horizonte de liberación en una simple tregua en la lucha cotidiana contra la soledad y el paso implacable del tiempo.

¿Por qué apuestas por imbricar narración y actuación, comunicación y representación?

Porque no se trata de crear la ilusión, sino de estimular la imaginación. Creo que estamos perdiendo el poder de la palabra y eso significa la involución de la especie humana, la estupidización y embrutecimiento de la sociedad, poque la palabra es la piedra angular del lenguaje y, por lo tanto, de la inteligencia y la imaginación. Por eso es importante rescatarla y nosotros tenemos esa enorme responsabilidad de estimular la imaginación. Aparentemente los espectadores están pasivos ahí sentados, pero en realidad están activos porque son ellos quienes crean sus propias imágenes. Solo empleamos una mesa y dos sillas, pero nuestro público vio las copas, el apartamiento, la cama, vio llover, hacer el amor, caminar por las calles. Cuando tú vas al cine los hechos suceden, pero no tienes nada que imaginar porque lo tienes todo delante de tus ojos. Cuando vienes acá la imaginación te remueve los resortes internos, las emociones, los sentimientos y los pensamientos, enriqueciéndote como ser humano y ejercitándote, además, de que pasas un buen rato porque el arte tiene primero que divertir y entretener. Yo espero que al menos una persona del público haya sido tocada con esta obra y se sienta diferente y enriquecida a partir de ahora.

¿Cómo surge la colaboración con esta compañía holguinera?

Coincidí con la compañía “Palabras al Viento” en el año 2015 en un evento en La Habana. Vi su trabajo y ellos el mío y nos dimos cuenta de que teníamos intereses comunes. Recuerdo de que cuando terminaron me acerqué a felicitarlos y a decirles por qué me parecá bien lo que hacían. Ellos habían logrado articular un lenguaje y un código que eran perfectamente asimilados y decodificados por el espectador y eso es arte a primer nivel y de alta factura artística. Así se creo un vínculo y un proceso de enriquecimiento mutuo y estoy muy feliz con el resultado que ha podido ver el público holguinero estos dos días. Solo tengo palabras de agradecimiento.

Blanca Pérez, Blanquita…

Hice dos temporadas anteriores con otras actrices de mi país y con la primera en proceso de preparación duró cinco meses, con la segunda demoró cuatro y ahora con Blanca solo nos tardamos dos semanas. Si eso no es talento no sé qué cosa puede ser. Además, si te pudiste dar cuenta tuvo que hablar de otra manera y no me refiero solo a cambiar el acento, sino también la sintaxis porque en esta adaptación yo he conservado las palabras del autor y expresiones propias de su decir uruguayo. Aparte de dominar eso, tuvo que ponerle sentimiento, emoción y trabajar un lenguaje frontal en el que casi todo el tiempo mira al público y no a mí. Te repito que su talento es increíble y creo que este espectáculo es necesario compartirlo en otros lugares de Cuba e Hispanoamérica.

Para mí fue un reto grandísimo porque esta es mi primera obra de teatro como tal y que tenía que desdoblar en tres personajes muy diferentes. Además, es un texto de autor con un guion de 84 páginas y la puesta es para dos actores que están en escena durante casi dos horas ininterrumpidas, pero fue una experiencia excepcional trabajar con él. Recuerdo que cuando me enfrenté por primera vez al guion fue difícil porque leerte solo la novela y la propuesta escénica era complicado, pero que después que hicimos el primer trabajo de mesa se creó una conexión mágica. Él es muy buen actor y narrador, además de un estudioso ferviente de Benedetti, por lo que todo lo que aporta es maravilloso

Acudo a Benedetti porque fue un hombre progresista que quiso lograr un mundo mejor como muchos queremos y que a través de su obra nos sigue diciendo cosas. Su poesía coloquial siempre tiene nivel social que eleva la individualidad y cotidianidad a una categoría de arte universal. Por ello, el amor sigue siendo la alternativa, la salvación y ahora estoy trabajando sus novelas “Andamios” y “Gracias por el fuego”, a ver que sale de ahí…

¿Qué impresión te llevas de Holguín?

Me siento muy feliz de estar aquí, de ver tanto talento y de sentir que en el planeta Tierra uno de los puntos del arte y la cultura se llama Cuba. La ciudad de Holguín me ha gustado mucho y me ha encantado que he visto arte por todas partes, desde trovadores, pintores, bailarinas de flamenco, la orquesta sinfónica. Un pueblo con tantas dificultades, pero que hace arte es un pueblo que se mantiene vivo, que mantiene el alma viva y yo creo que de eso se trata. Por eso he venido y estoy dispuesto a regresar cuantas veces me lo pidan. Estas son las cosas que hacen que la vida valga la pena. Mientras haya sueños e ilusiones la vida vale la pena

Entrevista realizada por Bernardo Cabrera

Publicada el 30 de octubre del 2022. en “LA LUZ”, periódico de la cultura holguinera

Holguín - Cuba


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